Lunes 20 noviembre 2023

Dev. 20

*Fortaleza en el Señor*

*1 Samuel 30:3-8 Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos. 4 Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar. 5 Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel, también eran cautivas. 6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios. 7 Y dijo David al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David. 8 Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos.*

*DESPUÉS DE UN AGOTADOR VIAJE DE TRES DÍAS,* David y sus hombres llegaron finalmente a casa para encontrarse con una escena devastadora. Sus viviendas habían sido destruidas totalmente por el fuego, y no hallaron a sus familias. Se sumieron en una desesperación total, pero la aflicción de David aumentó enseguida cuando el dolor de sus hombres se convirtió en amarga ira, y hablaron de apedrearlo.

La mayoría de nosotros no experimentaremos esta situación extrema, pero sí podemos identificarnos con el desaliento de David. A veces, después de una tragedia personal viene la desesperación; pero también puede ser el resultado del agotamiento que causan las presiones diarias. Los problemas que sufrimos a diario pueden hacer que el desaliento se vuelva un acompañante constante. Lo mismo puede suceder con las luchas emocionales por los sentimientos de falta de valía, no poder vencer una adicción, el dolor de la crítica, o el temor de la incompetencia.

Muchas veces no podemos evitar las situaciones que nos conducen al desánimo, pero sí tenemos la alternativa de permanecer o no en esa condición. En vez de rendirse a la desgracia, David eligió fortalecerse en el Señor. Reconoció que Dios era el único que podía darle la perspectiva correcta en el problema, y la dirección que necesitaba.

Cuando usted se siente desanimado, ¿a dónde acude? Quizás lo último que quiera hacer es leer la Biblia y orar; al comienzo, los pasajes podrán parecer palabras inútiles, y sentir que sus oraciones son vacías. Pero si usted se mantiene clamando a Dios, al final encontrará el poder consolador.

*Devocionales del Dr. Charles F. Stanley*

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