Jueves 09 julio 2020
Dev. 9 *Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, éste me servirá. Salmo 101: 6* Si David habló de esta manera, podemos estar seguros de que el Hijo de David piensa de la misma manera. El Señor Jesús busca hombres fieles, y fija Sus ojos en ellos, para observarlos, para sacarlos adelante, para animarlos, y para recompensarlos. Ningún hombre de corazón sincero debe pensar que no es tomado en cuenta; el propio Rey tiene puestos Sus ojos en él. Hay dos resultados que se derivan de esta noticia real. Primero leemos, “para que estén conmigo.” El Señor Jesús lleva a los fieles a Su casa, los coloca en Su palacio, los hace Sus compañeros y se deleita en su compañía. Hemos de ser fieles a nuestro Señor, y Él mismo se manifestará luego a nosotros. Cuando nuestra fidelidad nos cueste más, será más recompensada; entre más furiosamente nos rechacen los hombres, más gozosamente nos recibirá el Señor. Además, Él dice del hombre sincero, “éste me servirá”. El Señor Jesús usará para Su propia gloria a aquellos que desprecian los ardides de la política, y le son fieles a Él, a Su Palabra, y a Su Cruz. Estos estarán en Su séquito real, y serán los honrados siervos de Su Majestad. La comunión y la utilidad son la paga de la fidelidad. Señor, hazme fiel, para que habite contigo y te sirva. *Charles H. Spurgeon. Traducción de Allan Román* |